Introducción
Hay algo casi mágico en ver cómo un trozo de arcilla se transforma en una vasija ante tus ojos. El lanzamiento es el momento en que tu taza de la mañana o tu plato de la cena empiezan a tomar forma de verdad: el momento en que la arcilla informe se convierte en algo con propósito y personalidad.
Resumen rápido:
- Arrojar es el proceso de dar forma a la arcilla en un torno de alfarería giratorio
- Antes de empezar a lanzar, es esencial una preparación adecuada de la arcilla
- El proceso incluye centrar, abrir, tirar y dar forma
- Diferentes formas requieren diferentes técnicas y enfoques de herramientas
- Lanzar es tanto sentir y escuchar la arcilla como la técnica
Preparación: Antes de que gire la ruleta
Seleccionar la arcilla adecuada
En nuestro taller, seleccionamos cuidadosamente las masas de gres que ofrecen el equilibrio perfecto entre plasticidad (facilidad con que se mueve la arcilla), resistencia y características de cocción. Las distintas piezas pueden requerir composiciones de arcilla ligeramente diferentes: las tazas necesitan una arcilla que sea indulgente al lanzarla pero lo bastante fuerte para soportar las asas, mientras que los platos se benefician de una arcilla con menos contracción para evitar que se deformen.
Pesaje y cuña
La consistencia es crucial en el trabajo de la cerámica. Pesamos cada bola de arcilla con precisión en función de la pieza prevista: una taza estándar puede empezar con 400 gramos de arcilla, mientras que un cuenco más grande podría requerir 1200 gramos o más.
Una vez pesada, la arcilla necesita cuña, un proceso de amasado que:
- Elimina las burbujas de aire que podrían causar explosiones en el horno
- Alinea las partículas de arcilla para mejorar la trabajabilidad
- Crea una consistencia uniforme en toda la bola
Solemos utilizar la técnica de acuñado en espiral, enrollando la arcilla en forma de espiral mientras aplicamos presión para comprimirla. Para una sola pieza, podemos calzarla durante 2-5 minutos, un esfuerzo aparentemente pequeño que marca la diferencia en el proceso de moldeado.
Comienza la Danza: Lanzamiento al ruedo
Centrarse: Encontrar el equilibrio perfecto
El centrado es el primer paso crucial con el que luchan muchos principiantes, aunque determina el éxito de todo lo que sigue. Una bola de arcilla perfectamente centrada gira sin tambalearse, lo que permite obtener formas simétricas y paredes uniformes.
El proceso implica:
- Fijar la arcilla al cabezal de la rueda con una presión firme
- Humedecer la arcilla para reducir la fricción
- Apoya los brazos contra el cuerpo para mantener la estabilidad
- Aplicar una presión controlada mientras la rueda gira
- Moviendo gradualmente la arcilla hacia la rotación perfecta
Parece sencillo, pero requiere sensibilidad al movimiento y la resistencia de la arcilla. Cuando está bien centrada, la arcilla gira como si no se moviera: se ha encontrado un eje de rotación perfecto.
Apertura: Creación del vacío inicial
Después del centrado viene la apertura, el primer paso para transformar una bola de arcilla sólida en una forma hueca. Con los pulgares o los dedos, presionamos hacia abajo en el centro de la arcilla giratoria, parando antes de llegar al fondo para dejar suficiente arcilla para la base.
La anchura de esta abertura determina el diámetro inicial del suelo de la pieza. Para una taza, podríamos crear una abertura relativamente estrecha, mientras que un cuenco requiere un vacío inicial más amplio.
Tirando: Construir los muros
Ahora viene la parte más reconocible del vaciado: tirar de las paredes hacia arriba y hacia fuera. Utilizando los dedos tanto en el interior como en el exterior de la arcilla, ejercemos una suave presión para adelgazar y elevar las paredes.
Este proceso de tracción requiere:
- Presión uniforme para mantener un grosor uniforme
- Velocidad controlada para evitar tambaleos o desplomes
- Atención al grado de humedad de la arcilla
- Sensibilidad a los límites de la arcilla: cuándo es el momento de dejar de tirar
La mayoría de los encofrados requieren varios tirones, adelgazando y elevando gradualmente las paredes hasta la altura deseada. Entre tirón y tirón, a menudo comprimimos el borde para evitar que se agriete y añadir resistencia estructural.
Dar forma: Encontrar la forma
Con el cilindro básico establecido, empezamos a dar forma a la forma específica. Aquí es donde entra en juego nuestra sensibilidad para el diseño:
- Para las tazas, podemos crear una ligera curva o estrechamiento
- Las cazoletas requieren un cuidadoso moldeado exterior para crear curvas elegantes
- Las placas necesitan una compresión y un aplanamiento metódicos
En esta fase utilizamos diversas herramientas: costillas de madera para alisar superficies, costillas de metal para crear ángulos agudos y nuestros dedos para añadir detalles o texturas sutiles.
El refinado: Los toques finales
Antes de retirar la pieza del torno, afinamos la forma con:
- Limpieza de la transición entre la pared y la base
- Alisar la llanta con una esponja o gamuza húmeda
- Añade cualquier detalle realizado a torno, como anillas para los pies o rebordes decorativos
El toque experto: Lo que hace diferente a la mano
Lo que distingue nuestras cerámicas hechas a mano de las alternativas hechas a máquina no es sólo el proceso, sino la sensibilidad y la capacidad de respuesta inherentes al trabajo manual.
Al lanzar, estamos constantemente haciendo microajustes basados en:
- Cómo se siente la arcilla bajo nuestros dedos
- El sonido que hace al girar la rueda
- Señales visuales sobre el grosor y la forma
- Nuestra experiencia sobre cómo cambiará la pieza durante el secado y la cocción
Estos sutiles ajustes crean piezas con:
- Variación intencionada que muestra el toque humano
- Consideraciones ergonómicas que la producción en serie pasa por alto
- Proporciones equilibradas basadas en el juicio estético
- Detalles bien pensados, como la curva perfecta donde se apoya un pulgar en una taza
Desafíos comunes y cómo los superamos
Cuando la arcilla se moja demasiado
La arcilla puede saturarse rápidamente de agua durante el lanzamiento, haciéndola blanda y difícil de trabajar. Cuando esto ocurre
- Utiliza una pistola de calor con cuidado para eliminar el exceso de humedad
- Haz pausas para que la pieza se endurezca un poco
- Utiliza técnicas que minimicen la introducción de agua
Mantener un grosor uniforme
Las paredes desiguales pueden provocar problemas durante el secado y la cocción. Garantizamos la uniformidad:
- Utilizar calibradores para comprobar el grosor en varios puntos
- Desarrollar la sensibilidad de los dedos para sentir las diferencias sutiles
- Hacer tiradas selectivas para abordar las zonas más densas
Grandes formas y soporte estructural
Las piezas más grandes presentan retos únicos, ya que son más propensas a derrumbarse. Para estos artículos, podríamos
- Echa por etapas, dejando que el fondo se endurezca antes de añadir altura
- Utiliza herramientas de apoyo durante el proceso de lanzamiento
- Muévete más lenta y deliberadamente para mantener el control
De nuestras manos a las tuyas
Cada pieza lanzada de nuestra colección ha pasado tiempo girando entre nuestras manos, moldeada una a una con atención tanto a la función como a la belleza. Las miles de horas que hemos pasado en el torno se traducen en piezas que:
- Siéntete bien en tus manos
- Desempeñan su función con gracia
- Llevan la sutil evidencia de su origen artesanal
- Conectarte con una antigua tradición artesanal
La próxima vez que cojas una de nuestras tazas o cuencos, pasa los dedos por la superficie y aprecia el viaje que ha realizado: desde un trozo de arcilla hasta una forma centrada, estirada y moldeada en el torno antes de pasar a la siguiente fase crucial: el recorte.
¿Qué viene después?
Después de lanzarlas, nuestras piezas reposan hasta que alcanzan el nivel de humedad perfecto para el recorte. En nuestro próximo post, exploraremos cómo el recorte transforma estas formas brutas en piezas refinadas con detalles elegantes y un equilibrio perfecto.
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Recorte y acabado: perfeccionar nuestras piezas de cerámica